23 may 2011

BENJAMÍN PALENCIA: SU ETAPA FORMATIVA












BENJAMÍN PALENCIA (1894-1980)

    Título: Dos Toreros
 Año: 1920
    Técnica: Óleo sobre lienzo            

    Dimensiones: 184x144 cm.




Las circunstancias propiciaron que durante el año 1909 a la edad de 15 años, Benjamín Palencia se trasladara a Madrid de la mano del que sería a partir de entonces su tutor y protector, el joven ingeniero de Caminos Rafael López Egóñez, contando como único bagaje una manifiesta vocación pictórica a la vez que una precaria formación cultural y artística.
Posiblemente Rafael conoció a Benjamín ese mismo año durante el transcurso de la construcción de la carretera que une Villarrobledo con Barrax, en la que debió intervenir aunque no tuviera la carrera terminada. Comprometido con su educación, pronto puso los medios necesarios para formar al futuro pintor, posibilitando la asistencia de Benjamín a la Facultad de Filosofía donde impartía sus clases el catedrático y crítico de Arte, Elías Tormo, amigo personal de Rafael, que llegaría a desempeñar entre otros cargos, el de Ministro de Instrucción Pública y de Bellas Artes.
Inicia así su periodo de formación acudiendo con asiduidad al Museo del Prado, donde realizaría copias de los grandes maestros, como él mismo declararía más tarde: “…mis verdaderos maestros desde los quince años han sido Velázquez, El Greco que es el pintor que más me gusta después de Velázquez, Zurbarán, Goya…”
Corre el año 1915 cuando Benjamín obtiene el carnet de Copista del Museo del Prado nº 502 que le permite copiar en las salas a los grandes maestros, conservándose de ese mismo año la única copia que probablemente quede de esta etapa, una fiel reproducción de “La Trinidad” de El Greco que Benjamín conservó para sí largo tiempo y que terminaría donando en 1953 a la iglesia de Barrax donde hoy se conserva. Su formación autodidacta de estos años la perfeccionaría asistiendo a la llamada “Academia Libre de Pintura” fundada por Julio Moisés, junto a un pequeño grupo de pintores “renovadores” entre los que se hallan Bores, Dalí, Maruja Mallo o Moreno Villa, que se alejaba de los ambientes novecentistas imperantes en la época y la posibilidad de poder consultar la especializada biblioteca gráfica de Arte de su “tío Rafael”, algo inaccesible para los pintores de su tiempo.  Sus obras en este periodo de formación reflejan por tanto la influencia de los grandes maestros como podemos apreciar en el lienzo “dos toreros”  fechado en 1920 en el que se observan las huellas del influjo de Velázquez y Zuloaga. Muchos años después, al reencontrarse con esta obra en el Museo de Albacete durante los meses previos a su inauguración, exclamaría:
 “… ¡Madre mía cuando los vean aquí! Estos me los quisieron comprar los Rodríguez Acosta de Granada pero no me dieron el [dinero] porque todavía la gente no quiere gastar mucho sobre pintura, y lo dejan los tontos, y cuando luego me han dicho:
–Oiga usted Palencia ¿tiene usted aquel cuadro de toreros? –Sí lo tengo, pero ya es mío, no lo vendo […] los diestros son chicos, maletillas que yo trataba, que iban a las tientas de nuestro amigo Domingo Ortega y los cogía como modelos y posaban en el estudio…ese paisaje avelazcado, tan español…”
Este mismo año, resultaría crucial para su trayectoria, gracias al interés mostrado por Juan Ramón Jiménez en conocerle, después de visitar el primer Salón de Otoño al que Benjamín concurrió con dos obras. Este primer contacto con Juan Ramón se transformaría con el tiempo en sincera amistad, significando para Palencia el poder introducirse de la mano del poeta en círculos  intelectuales hasta entonces vedados;  amistad  que sería determinante para abrirle las puertas del mundo de la Residencia de Estudiantes donde tendría ocasión de conocer a Lorca, Alberti, Cossío, y Alberto Sánchez entre otros muchos creadores,  frecuentando en este tiempo diversas tertulias, entre ellas la del Café Nacional.
La colaboración entre poeta y pintor daría sus frutos ese mismo año en el que Benjamín realizaría unos dibujos para ilustrar “Fuego y Sentimiento” poemario que se publicaría parcialmente en el número 2 de la revista Índice, quedando inédito el resto;  esta colaboración culminaría unos años después, cuando la colección de la Biblioteca Índice dirigida por Juan Ramón publica el libro “Niños” conteniendo 73 dibujos de Benjamín Palencia y una emotiva y poética introducción sobre el pintor –no exenta de admiración– escrita por Juan Ramón Jiménez.



GRANDES FECHAS 



1894  –Se estrena con éxito en el teatro Apolo de Madrid la zarzuela La Verbena de la Paloma. Fallece en Madrid en pintor Federico Madrazo.

1909 –El Congreso de Diputados aprueba una ley por la que se prohíbe la exportación de obras de arte.

1915 – Ortega y Gasset funda en Madrid la revista España con la que Benjamín Palencia colaboraría en cuatro ocasiones. Tiene lugar en Madrid la exposición Pintores Íntegros organizada por Ramón Gómez de la Serna en el Salón Moderno en la que participaron Diego Rivera y María Blanchard.
        
1920 –  José García Solana pinta en este año La tertulia del Pombo uno de sus cuadros más emblemáticos. En la Feria de Albacete torea Ignacio Sánchez Mejías. Visita  Albacete el ex ministro D. Juan de la Cierva impartiendo sendas conferencias en el Teatro Circo y Ateneo.                                    

 BIOGRAFÍA 
En 1909 con 15 años llega a Madrid de la mano del ingeniero Rafael López Egóñez quien contaba 26 años de edad;  era hijo único y permaneció soltero para dedicarse por completo a la educación y formación de Benjamín a quién pronto introdujo en los círculos artístico-literarios que solía frecuentar. La holgura económica que disfrutaba posibilitó que en estas fechas Benjamín pudiera realizar numerosos viajes por todo el país, algo vedado a la mayoría de pintores coetáneos, que dejarían huella en sus dibujos y pinturas de esta época, aunque su experiencia fuera de España, sobre todo en París, aún tardaría en llegar.
      
                                              




AUTOR DEL TEXTO:      Pedro José Jaén Sánchez, Licenciado en Geografía e Historia.


                                        Publicado por La Tribuna, Viernes 20 de mayo de 2011, pág. 33.

 






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