¿TESORO OCULTO?
En el archivo municipal de Socovos (Albacete) se conserva un
curiosísimo documento sin fechar, que según reza su encabezado es la copia de
una carta arábiga, escrita originariamente por Muley Jalaf, y copiada
posteriormente en fecha indeterminada.
El escrito despierta serias dudas sobre su autenticidad, y
aunque mantengo esta sospecha, no resisto la tentación de darlo a conocer
íntegramente junto a su transcripción, añadiendo algún comentario sobre lo singular
de su contenido, pues relata, entre otros extremos, las circunstancias por las
que fue ocultado un fabuloso tesoro en las entrañas de la tierra,
dentro de una gruta, que fue sellada posteriormente como se relata en el texto.
Muley Jalaf, inicia la carta con grandes alabanzas al rey
Boabdil, informando seguidamente como ha tenido conocimiento “… del cerco de los malos que tenemos en
castigo de nuestras culpas…”
El documento quizás alude, como motivo de esta ocultación, al cerco de Granada por parte de las tropas cristianas y su posterior caída, posiblemente. En cualquier caso, a continuación afirma como:
“… Mahoma castigara con
espanto los males que nos hacen. Venceremos, derramaremos sangre de los
christianos, y quedaremos con la victoria, y sus cabezas en las torres de la
Alhambra; tu Señor quedaras triunfante, y todos alegres…”
El conocimiento que manifiesta tener de estos “contratiempos
militares” y el hecho de transportar un fabuloso tesoro, que, en palabras de
Muley, pertenecía solamente a los súbditos de Boabdeli (Boabdil) asentados en
las distintas ciudades, villas y lugares del reino nazarí, le obligó, según el
texto, a variar su camino y adentrarse en la sierra, hasta llegar a la Gruta de Safar, donde ocultaron el
tesoro que transportaban para evitar que callera en manos cristianas,
mencionando varios topónimos que dejaron atrás en este singular recorrido,
algunos de los cuales son comunes en las sierras albacetenses
( Maguillo…), y en otros lugares de nuestra geografía.
( Maguillo…), y en otros lugares de nuestra geografía.
El contenido del tesoro que se ocultó en esta gruta, según se describe, estaba formado por: 16 cajones de moneda de plata; 11 cajones de moneda de
oro; dos cajones de sables; 6 bolsas de Aljofares[1]
y 10 de aromas de Arabia.
En cualquier caso, después de depositar este tesoro ·… a quatro picas de la entrada…”, la
gruta se selló “… con piedras fuertes y
yeso; y todo lo demás de tierra y piedra mazizado; la primera entrada con otra
piedra grande y fuerte; cubriose de tierra, echose de la semilla para que
naciese la yerba…”
Al terminar todos estos trabajos, se realizó un ritual en el
que se pedía con oraciones y perfumes al gran Profeta, la guarda y custodia de
este tesoro.
Seguidamente, se celebró un conjuro –al que tan dados eran los
moriscos–, “…derramándose sangre de dos
machos rubios, dos carneros negros y dos becerros manchados…”, para
regresar a continuación a las montañas de las Alpujarras. Este documento está
fechado “… el día martes del mes de
marzo…”, sin especificar el año, que sería anterior a la toma de Granada,
según se desprende del escrito. Al parecer, el documento original se firmó en
la Gruta de Safar, asegurando los firmantes ser verdad todo lo escrito por
Muley Jalaf, el día tres del mes de Chiavan, que posiblemente se refiera al mes
Shaban, el mes del profeta y del perdón, que precede al Ramadán y es sagrado
para los árabes.
Moviéndonos en el terreno de las hipótesis, inicialmente es
posible que existiese un documento original árabe, que no tenía por qué
contener la misma información que se ofrecía en el que creemos es una
falsificación, y del que, posiblemente, se obtuviese una primera traducción
modificada; de ésta, saldrían, con el tiempo, otras muchas, alteradas en lo sustancial,
dando con ello lugar a diversas correcciones en el texto, titubeos, falta de
claridad en algunas letras…, utilizando, además, topónimos comunes a diversos
lugares de la Península, por lo que es muy posible que las copias se utilizaran
para embaucar a la gente codiciosa,
vendiéndoles estas falsas cartas a cambio de cierta cantidad de dinero.
En cualquier caso, esta carta contiene todos los ingredientes
necesarios para despertar la codicia de las gentes, basada en descubrir un gran
tesoro oculto, casi siempre originario de la época de los árabes, como se
desprende del acervo popular, dando con ello “rienda suelta” a la imaginación, para terminar instalándose
permanentemente en sus sueños.
A lo largo de la geografía española se conocen diversos casos
en los que se realizaban documentos falsos, “inventando” el contenido de los mismos, aunque incorporando
elementos verídicos –en parte–, y utilizando la grafía de la época que era
imitada de otros documentos. Paradigmático es el caso de Bonifacio Montero, activo
a finales del siglo XIX como abogado en Cilleros (Cáceres), aunque en lo que
verdaderamente destacaría sería en la elaboración de su afición favorita: la fabricación de libros falsos de tesoros.
Para ello, escribía los documentos con tinta añeja, incluyendo topónimos conocidos
y lugares, más o menos misteriosos; estos documentos los envejecía con humo,
llegándolos a enterrar para que se impregnasen de humedad y moho, logrando con
ello un aparente aspecto antiguo (Luque. 2012, pág. 304– Corrales Gaitán en www.chdetrujillo.com, pág. 3).
Con todas estas artimañas conseguía cuantiosos beneficios por
la venta de los mismos, pues siempre había personas dispuestas a pagar por
conseguir este tipo de documentos.
COPIA DE LA CARTA ARÁBIGA
TRANSCRIPCIÓN
COPIA DE LA CARTA ARABIGA
La alabanza solo a
Dios removedor de toda malignidad/
La ayuda de Dios sea
contra su Yra, y Dios mantenga/
en tanta altura al que
alcanzó con fuerza y valor la coro/
na mas firme, rey
Boadeli, sol, que alumbra, defensor/
de la honra de Dios y
de nuestro gran Profeta. Sálvete Dios, /
Y no permita que jamás
se vengue de ti, tu enemigo. /
recivimos la noticia
del cerco de los malos que tenemos/
en castigo de nuestras
culpas. El enbiado de Dios, el apostol/
Y defensor de nuestra Ley Mahoma castigará con espanto los/
males que nos hacen.
Venceremos, derramaremos sangre/
de los Christianos, y
quedaremos con la victoria, y sus cabezas/
en las torres de la
Alhambra; tu Señor quedarás triunfan/
te, y todos alegres./
no quisimos
aventurar tu tesoro y la caja será/
de tus súbditos de las
ciudades, villas y lugares, y las alajas/
de las naos de Argel,
torcimos el camino, y retirados a la/
Sierra, pusimos a la
falda de la Elada y de Guarrón[1], en la/
gruta de Safar, a el
oriente, media milla del camino por/
Fuente de las Peñas a
la deestra de la Cuesta del Magillo/
del otro lado de las
fuentes, y a las espaldas del Tajo de
la/
Escarcha, a quatro picas de la entrada 16 cajones de mo/
neda de plata, y 11 de oro; dos cajas de sables; 6 bolsas
de/
Aljofares y 10 de aromas de la Arabia; se cubrió
la/
última entrada con
piedras fuertes y yeso; y todo lo/
demás de tierra y
piedra mazizado ; la primera en/
trada con otra piedra
grande, y fuerte; cubriose de/
tierra, echose de la
semilla para que naciese la Yer/
ba; se encargó con
oraciones, y perfumes a nuestro/
gran Profeta la guarda
y custodia de estos caudales, de/
rramandose sangre de
dos machos rubios, dos carneros/
negros y dos bezerros
manchados, dimos la vuelta a/
cia las montañas de
Alpuaarras para asegurar a tus/
fieles musulmanes del
estado de las cosas de Granada/
a ti gran Señor
deseamos la victoria qual eres justo, libe/
ral, y que a tu vista
no puede llevar persona alguna la me/
nor ventaja; sea Dios
y nuestro Profeta con nuestro Señor rey Bo/
abdeli, en el dia martes
del mes de marzo= Muley Jalaf=
En el nombre de Dios
que tiene misericordia, y es/
misericordioso con sus
fieles juramos y atestiguamos/
que lo que dicho es
por Muley Jalaf pasó como se escribió y/
que lo firmó y firmará y Dios que con su nombre esta/
obra para bien de
nuestro rey Boabdeli en la Gruta del Safar/
dia tres del mes
chiavan= firmado del Merino
[1] Perlas
pequeñas con forma irregular.
[2] Los autores árabes fijan
el nacimiento del Genil en Sierra Nevada; la versión de Rasas afirma que: “… Xenil sale del monte de la Elada…”. La
versión facticia atribuida a Rodríguez de Escabias, al escribir sobre los
afluentes del Guadalquivir, dice que uno de ellos es el río Genil, también
llamado “… Sein e Guadagieni, ca es muy
gran rrio, e nace de la sierra de la Elada…” recogido en: Materiales para el estudio
de la toponimia hispanoárabe. Nómina fluvial. Elías Terés. Tomo I, Marid 1986,
pág. 440. Guarroman hace alusión en su castellanización del árabe al arroyo de
los granados, conocido actualmente como Tamajoso. La población de Guarroman, en
la provincia de Jaén, perteneciente a la comarca de Sierra Morena, aunque del
siglo XVIII, está emplazada en el sitio de la antigua venta de Guarroman.
Una vez más nos dejas bien detallado un interesante documento que nos ayuda a entender esta larga controversia que existe en muchos lugares de España acerca de tesoros escondidos por los moros. Muy buen trabajo. Enhorabuena. Un saludo.
ResponderEliminarComo siempre, muchas gracias Rosa... seguiremos ambos haciendo lo que nos gusta, dando a conocer a las gentes aspectos, a veces, desconocidos.
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